Ciudades que piensan: la inteligencia artificial aplicada al urbanismo

La IA también está destinada a transformar nuestras ciudades, mejorar el tráfico y facilitar la planificación de los espacios.

Durante décadas, las ciudades se han construido de forma caótica o, ya a partir del siglo XIX, a partir de previsiones estáticas y lineales. Sin embargo, gracias a la intersección de sensores, datos y algoritmos, los entornos urbanos están evolucionando hacia modelos adaptativos que mejoran en tiempo real en función de la información que se va recolectando y procesando. En este artículo te explicamos el potencial de la IA aplicada al urbanismo y algunos ejemplos reales que muestran el camino que se está tomando.

Aplicaciones de la IA en urbanismo

De manera más concreta, la IA aplicada al entorno urbano abre la puerta a múltiples posibilidades.

  • Movilidad dinámica: adaptación de semáforos inteligentes, rediseño de cruces o reordenación del tráfico según flujos reales para reducir atascos y emisiones.
  • Planificación basada en datos reales: zonas infrautilizadas o necesidades emergentes detectadas científicamente antes de invertir en reformas.
  • Servicios urbanos optimizados: algoritmos que ajustan horarios y recursos (como recogida de basura o alumbrado) según la demanda de tal forma que se optimizan los costes.
  • Seguridad preventiva: detección anticipada de riesgos y respuesta rápida ante emergencias gracias al análisis predictivo.

Proyecto AMIGOS

El proyecto AMIGOS (Active Mobility Innovations for Green and Safe City Solutions) echó a rodar en junio de 2023, con una financiación de 9,1 millones € del programa Horizon Europe. El programa está encabezado por Hamburgo, con la participación de 14 ciudades y 14 entidades colaboradoras de 16 países.

El objetivo es fomentar soluciones de movilidad activa, inclusiva y segura mediante cinco “Living Labs” urbanos (Hamburgo, Gabrovo, Lappeenranta, Estambul y Las Rozas) y diez “Safety Improvement Areas” adicionales, donde también se trabaja en entornos como Reikiavik, Bolonia o Ankara.

Entre sus herramientas destaca una plataforma de Big Data en la nube que permite recoger, almacenar y analizar grandes flujos de datos urbanos (vehículos, peatones, calidad del aire, ruido…) para construir modelos predictivos y gemelos digitales que guíen la planificación.

Su metodología se basa en la co-creación con los actores locales —sobre todo usuarios vulnerables— para optimizar el espacio público, fomentar el transporte activo, mejorar la seguridad vial y reducir emisiones, evaluando impacto ambiental, social y replicabilidad.

Proyecto ELABORATOR

 

ELABORATOR (European Living Lab on designing sustainable urban mobility towards climate‑neutral cities) es otra iniciativa Horizon Europe con un presupuesto cercano a los 12,4 millones € y un consorcio de 38 socios entre ciudades, instituciones académicas y proveedores tecnológicos.

 

Su enfoque holístico desarrolla intervenciones como herramientas inteligentes de control, redistribución dinámica del espacio público, servicios compartidos y modos de transporte activo, pensados para ser co-diseñados con usuarios vulnerables y autoridades locales.

Estas acciones se implementarán en seis Lighthouse Cities (Milán, Copenhague, Helsinki, Issy‑les‑Moulineaux, Zaragoza y Trikala) y seis Follower Cities (Lund, Liberec, Velenje, Split, Krusevac e Ioannina), siguiendo una lógica de replicación y transferencia del conocimiento.

 

En Helsinki, por ejemplo, se aplican soluciones para mejorar la seguridad en intersecciones peatonales (especialmente con bicicletas y patinetes), optimizar aparcamientos de micromovilidad y generar alertas en tiempo real utilizando su gemelo digital.

Otras iniciativas en diversas ciudades

 

Además de los proyectos a gran escala que ya hemos mencionado, hay numerosas ciudades que están acometiendo iniciativas propias en torno a la IA, ya sea para mejorar el tráfico, proteger el medio ambiente o apoyar el desarrollo de espacios de interacción social. Estos son algunos de los ejemplos con los que nos hemos cruzado últimamente: 

  • Aveiro Tech City Living Lab (Portugal): Aveiro alberga una red de 44 nodos urbanos—como farolas inteligentes y cajas en fachadas—equipados con sensores (radares, LiDAR, videovigilancia, medioambientales), comunicación multiprotocolo (5G, ITS-G5, LoRaWAN…) y procesamiento “edge”. La plataforma habilita análisis en tiempo real del tráfico, seguridad peatonal, emergencia y servicios experimentales para industrias y universidades.
  • SmartSantander (España): Santander cuenta con un gran laboratorio IoT urbano donde se prueban tecnologías aplicadas a transporte, medio ambiente y conectividad en escenarios reales.
  • Bologna Civic Digital Twin (Italia): Bolonia trabaja en un “gemelo digital ciudadano” que simula dinámicas sociales y espaciales en tiempo real para fomentar la planificación inclusiva y participativa.

Tal como se puede apreciar, la IA se va afianzando como una herramienta clave para reimaginar nuestras ciudades de manera más eficiente y participativa. Sus beneficios —mejor movilidad, espacios más humanos, servicios optimizados— son palpables. Sin embargo, como toda tecnología, la IA urbana plantea algunos retos, entre los que se cuenta la privacidad y la confianza ciudadana o la inclusión tecnológica. Al final, la clave no está en disponer de más tecnología, sino en aplicarla tomando en consideración las necesidades reales de los ciudadanos.

 

 

 

Fuentes:

David es periodista especializado en innovación. Desde sus primeros tiempos como analista de telefonía móvil hasta su faceta de Country Manager de Terraview, una startup de IA aplicada a viticultura, ha estado apegado a la innovación y las nuevas tecnologías.
 
Es colaborador de El Confidencial y en medios culturales como Frontera D, siempre desde la convicción de que lo humano y lo tecnológico pueden (y deben) ir de la mano.