Ventanas inteligentes ‘low-cost’
En lugar de cristal líquido, las ventanas inteligentes aplican una tecnología basada reacciones químicas y físicas
Se estima que la huella de carbono del nuevo material será hasta un 70 % inferior a los cementos actuales.
Desde que salió de las cuevas, el ser humano ha necesitado construir casas y edificios donde poder estar bajo techo. El problema es que, con el paso del tiempo, la actividad constructiva está afectando a la casa más importante de todas: el planeta Tierra. Hoy día la producción de cemento es responsable de la décima parte de las emisiones de dióxido de carbono anuales de origen humano. Reducir esa huella de carbono puede ser, pues, un gran paso hacia delante en la lucha contra el calentamiento global. En la UCLA (University of California, Los Angeles) ya se han puesto manos a la obra y están desarrollando un modelo que lo permita. Su objetivo es crear un hormigón “verde”, al que han bautizado como CO2Concrete, que utilice el dióxido de carbono emitido por la industria cementera y otro tipo de fábricas. ¿Cómo lo consiguen? Pues sustituyendo el cemento Portland que se utiliza para amalgamar el hormigón habitualmente por otro ingrediente.
Normalmente, para lograr la mezcla del hormigón se emplea cemento, arena, piedra y aditivos químicos. El papel del cemento es dar consistencia a la mezcla y conferirle la capacidad de fraguar, es decir, solidificarse. Lo que han hecho los investigadores de la UCLA es emplear portlandita, un mineral rico en hidróxido de calcio, que absorbe el dióxido de carbono y genera piedra caliza, que es uno de los componentes empleados en la producción del cemento. El proceso de solidificación con este material es similar al que se observa en las conchas de moluscos.
El equipo ha logrado completar el proceso en cuestión de horas, un factor de gran importancia a efectos de la producción industrial. Además, apunta a que la reducción de la huella de carbono oscila entre un 50 y un 70 % menos. Por último, esto se lograría con un rendimiento y un precio equiparables a los del hormigón tradicional. Es decir, un nuevo hormigón asequible además de sostenible.
Gracias a los fondos públicos recibidos, la UCLA ha logrado producir ya cien toneladas de CO2Concrete en el plazo de tres meses. El hormigón resultante se empleará en proyectos de construcción del campus universitario, y los excedentes se donarán a otros proyectos.
El CO2Concrete se suma así a un gran número de innovadores proyectos tecnológicos que están generando nuevos tipos de hormigón más ecológicos. Así, hace un tiempo hablábamos de un hormigón que incluía una mezcla de zanahorias y remolachas o de un nuevo tipo de hormigón que emplea arena del desierto. A ello se suman asimismo iniciativas para potenciar el reciclaje en la construcción. Todos estos nuevos procesos y materiales mejorados redundarán en una construcción más sostenible y bajo los principios de la economía circular.
Si quieres conocer más estrategias para una construcción respetuosa con el medio ambiente también puedes echar un vistazo al artículo que dedicamos hace poco a los puentes vivos de la India, basados en técnicas ancestrales y que algunos arquitectos están recuperando en el marco de una nueva disciplina: la baubotanik.
Fuente: Construction Dive
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