Ventanas inteligentes ‘low-cost’
En lugar de cristal líquido, las ventanas inteligentes aplican una tecnología basada reacciones químicas y físicas
El sector de la construcción abraza la economía circular gracias a tecnologías que permiten la reutilización del cemento y facilitan el reciclaje del hormigón.
La industria de la construcción, que se encarga de que durmamos bajo techo y podamos cruzar un puente o zarpar desde un puerto, se enfrenta al reto de reducir su huella de carbono sin comprometer la calidad de sus materiales. Dos innovaciones tecnológicas recientes demuestran que es posible avanzar hacia una economía circular más sostenible y eficiente. Una de las claves reside en el uso de hormigón reciclado, pero también en una nueva perspectiva que toma en consideración toda la vida útil de un edificio. Y su segunda vida, tal como veremos en este artículo.
Gran parte de la huella de carbono de la construcción es atribuible al hormigón, y más concretamente al acero y, sobre todo, el cemento del que está compuesto debido a que es intensivo en energía. Mientras se avanza en el desarrollo de hormigón verde, una de las claves podría ser el uso de cemento reciclado. Es el enfoque por el que han apostado los investigadores de la Universidad de Princeton en colaboración con la Universidad de São Paulo.
El equipo de investigación ha desarrollado un nuevo método para reutilizar cemento procedente de residuos de demolición. Mediante un proceso de activación térmica a 500 °C y una mezcla optimizada con pequeñas cantidades de cemento Portland o caliza, han conseguido un material que mantiene la resistencia y trabajabilidad del cemento convencional, pero con hasta un 40 % menos de emisiones de CO₂ por tonelada producida.
Este avance no solo reduce las emisiones, sino que también promueve un modelo de construcción más circular, reutilizando materiales de infraestructuras demolidas en nuevos proyectos urbanos. Sin embargo, para su implementación a gran escala, es necesario mejorar la clasificación de residuos de construcción. Y es ahí donde entra en juego otro proyecto reciente.
El reto en cualquier solución de reciclaje es la separación y clasificación de materiales. En el campo de los residuos urbanos ya se empiezan a estudiar la aplicación de tecnologías como la robótica y la inteligencia artificial para mejorar la eficiencia en los procesos.
Si hablamos de la construcción, existen diversos materiales y residuos como la madera, el plástico, el cristal, el cemento o los metales. Y reutilizarlos es doblemente complicado, ya que se suele recurrir a la demolición al final de la vida útil de los edificios. Sin embargo, un proyecto que tiene en cuenta todas esas peculiaridades podría empezar a cambiar las cosas.
Se trata del proyecto europeo HISER (Holistic Innovative Solutions for an Efficient Recycling), que ha desarrollado soluciones integradas para maximizar la recuperación de materias primas a partir de residuos de construcción y demolición (RCD), lo que incluye los áridos reciclados. Entre sus logros destacan:
Estas soluciones ya se han validado a gran escala, tal como el trabajo llevado a cabo por ACCIONA en Madrid, que ha aplicado las tecnologías desarrolladas para fomentar la economía circular en las fracciones de yeso y pétreas de los RCD y lograr un uso más eficiente de los recursos naturales. Si quieres conocer más avances en la construcción como el hormigón reciclado, suscríbete a nuestra newsletter al final de esta página.
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